“El 15M se comió mis deberes”

Ayer otro partido de extrema derecha, este sin caretas ni medias tintas, entró en escena con representación parlamentaria. En Andalucía Vox, un partido creado por ex peperos con ansias de tener una silla con la que abrir la crisma a los inmigrantes y a los rojos antes de sentarse sobre ella a echar raíces, obtuvo 400.000 votos.

Como no quiero poner el foco en esa gentuza, que bastante publicidad les han dado los medios de prensa (vaya usted a saber por qué) me voy a quedar con las reacciones de la izquierda.

Esta mañana, antes de las 7.00, ya había leído un twitt de alguien que acusaba, como no podía ser de otra manera, al 15M de haber ayudado a aupar a Vox. A medio día, otro iluminado del verdadero izquierdismo, acusaba al movimiento feminista de estar desvirtuando la lucha obrera y de ser “una política identitaria”. Identitaria de más de la mitad de la población de la tierra, tete. Me costaba encontrar un ápide de lucidez, un poco de autocrítica. Uno de los líderes de eso que se autoproclama la “nueva izquierda” decía que Vox era el tercer partido al que votan los ricos de Andalucía. Nos acabamos de enterar de que en Andalucía hay un millón ochocientos diezmil ricos. (La suma de los tres partidos a los que votan). Poco a poco fui encontrando alguna que otra cosa, hasta que di con el siguiente twitt, el único que voy a enlazar porque vale la pena resaltar las cosas buenas y condenar al ostracismo a las malas. Este twitt, amigas, es ORO del bueno

 

Si, esto es lo que toca. Fortalecer las organizaciones libertarias en cada barrio, en cada pueblo, en cada centro de trabajo, en cada espacio en el que militamos. Toca reforzar la solidaridad, el apoyo mutuo.

Nosotras tenemos la necesidad de unirnos a partir un piñón, apretar nuestros brazos y reforzar nuestras maltrechas organizaciones y colectivos.

Hace años estuve en Apoyo Mutuo y vi como, por unos motivos que ahora ni recuerdo, se fraccionó un proyecto que iba justamente de esto: de crear una unidad entre las y los libertarios, uniéndonos a costa de dejar a la entrada de las asambleas y los locales nuestras diferencias. Tal vez ha llegado…. qué demonios, hace tiempo que llegó el momento de fortalecernos, de organizarnos, de construir y de demostrar que ese mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones es infinítamente mejor que ese mundo de odio que propaga, con tanto éxito, la extrema derecha.